lunes, 29 de septiembre de 2014

LA PRIMERA REVOLUCION ECONOMICA

La primera revolución económica: de cazadores-recolectores a agricultores-ganaderos.
La historia del crecimiento económico puede dividirse en tres épocas distintas, separadas por las revoluciones agrícola e industrial. 
La revolución agrícola empezó en el Medio Oriente hacia el octavo milenio antes de Cristo; los comienzos de la revolución industrial se sitúan precisamente en la Inglaterra del siglo XVIII.
La revolución agrícola consistió, esencialmente, en el paso de la caza, la pesca y la recolección de alimentos al estadio del cultivo de la tierra con asentamientos poblacionales permanentes, y condujo al desarrollo de la civilización urbana.
La revolución industrial consistió, esencialmente, en el paso de la agricultura a la industria y los servicios, y condujo a un rápido crecimiento de la producción, la población y la urbanización.
La revolución agrícola produjo un crecimiento muy lento a lo largo de nueve milenios, la revolución industrial dio lugar a un rápido y sostenido crecimiento en sólo dos siglos.

La neolitización constituye un revulsivo en todos los aspectos de la vida social. Sin salir del ámbito económico, suponen un cambio radical en la concepción del trabajo, pues requieren invertir un esfuerzo cuyo beneficio queda aplazado (sembrar para recoger la cosecha meses más tarde). Por otro lado, los elevados rendimientos de la agricultura si la comparamos con la caza y recolección, favorecen la obtención de excedentes, en muchos casos, almacenables. Por todo ello, la agricultura y la ganadería dan lugar rápidamente a cambios radicales en la organización social del trabajo, y a esa profunda vinculación de los seres humanos a la tierra que caracteriza a las sociedades campesinas.



Al mismo tiempo, la agricultura hace posible la sedentarización de los grupos humanos y su esta-blecimiento en aldeas permanentes, un hecho de gran trascendencia para la organización de la sociedad. No menos importante es el radical cambio demográfico que se asocia a la neolitización. Las sociedades de cazadores y recolectores, limitadas por la baja productividad de la Naturaleza salvaje, presentan casi invariablemente densidades de población muy bajas.

 La actividad agrícola, por el contrario, es capaz de alimentar muchísimas más personas, y además es susceptible de mejoras técnicas (utilización del arado, abonado, regadío, rotación de cultivos...) que pueden ir mejorando el rendimiento. Por ello, a partir de la invención de la agricultura se producirá un espectacular despegue demográfico de la Humanidad, sólo comparable al que estamos viviendo en los dos últimos siglos.

A más largo plazo, el establecimiento de sociedades agrícolas propiciará la aparición de desigualdades sociales, en contraste con el carácter generalmente igualitario de las sociedades de cazadores. La existencia de excedentes y las nuevas relaciones sociales de producción, unidas al carácter fácilmente controlable de las nuevas fuentes de riqueza favorecerán la concentración de riquezas y poder en personas o grupos concretos, que acabará desembocando en las primeras organizaciones de tipo estatal.

Los 10.000 años de conocimiento de la agricultura y la ganadería suponen bastante menos del 1 por 100 del tiempo que lleva el género humano sobre la Tierra, y, sin embargo, a lo largo de ellos se han producido transformaciones históricas muchísimo más profundas que en los millones de años precedentes. Es desde esta perspectiva desde la que este cambio puede considerarse uno de los grandes hitos de la Historia de la Humanidad, una profunda mutación en todos los aspectos de la vida social, tal como señalaba Gordon Childe, al considerar la Revolución Neolítica como un hito sólo comparable al establecimiento de las primeras sociedades urbanas y a la Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX.
La neolitización en el mundo. 
La neolitización ha llegado a ser, por lo tanto, un fenómeno global que, más tarde o más temprano, ha terminado por afectar a toda la Humanidad. Ahora bien, los ritmos, cronologías y tipos de procesos históricos que han conducido a esta situación son enormemente variados.   

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-Rev. Economica

Los orígenes de la agricultura  

La transición fue un proceso complejo que se ha entendido muy vagamente. Sistemas económicos diferentes pueden coexistir y generalmente lo hacen. Sin embargo, hay acontecimientos que provocan que uno u otro sistema llegue a ser dominante, generalmente como resultado de un exceso de población, que exige formas más intensivas de utilización de la tierra, o debido a que se agotan las anteriores fuentes de sustento. La presión demográfica jugó, por tanto, un papel decisivo en el paso de las economías recolectoras a las economías productoras. El crecimiento de la población obligó a buscar formas de aumentar la disponibilidad de alimentos mediante la práctica de una agricultura muy rudimentaria. 

La invención de la agricultura y la ganadería es uno de los grandes hitos de la Historia de la Humanidad. El control por parte del hombre de otras especies de seres vivos precipitó una serie de profundas y radicales transformaciones, que trascienden la esfera económica para afectar a todos los aspectos de la vida social. No es exagerado señalar que las bases del tipo de sociedad en que vivimos, o al menos de la que existía hasta la Revolución Industrial de los dos últimos siglos, la debemos buscar en esos primeros agricultores y ganaderos que hace más de 10.000 años iniciaron la aventura de la transformación de la Naturaleza.   



Forma




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